viernes, 30 de abril de 2010

Miedo y Asco en las Vegas: “Hunter Thompson un gran hijo de puta”

Stop: No lo digo por pura y barata vulgaridad, lo digo porque es lo que me provoca decir mientras mi retina ha ido pasando página por página y mis pupilas se han dilatado más que al fumarme un cachito. Play: "Miedo y Asco en las Vegas" no es una novela para eruditos, ni mucho menos para los “limpios”. Lo que está escrito parece haber sido concebido por un poseso diabólico que está atrapado en una de esas noches sin fin donde todo parece derrumbarse y ya nada sirve: ni el sexo, ni la droga, ni el trabajo, ni el gobierno, y mucho menos el sueño americano. Rec: Miedo y Asco en las Vegas es la carne descompuesta que yace en una congeladora malograda, y el “Gonzo” nos los restriega en la cara. Sólo así podemos entender esta novela: la podredumbre del capitalismo y la vida como mercancía, devorados por la bestia salvaje Hunter Thompson.

El cazador oculto

"Lejos de mí la idea de recomendar al lector drogas, alcohol, violencia y demencia. Pero debo confesar que, sin todo esto, yo no sería nada".

Alto, blanco, grande, delirante, sombrero de apostador, gafas oscuras y en los labios: siempre la boquilla con algún cigarrillo y el humo zigzagueante recorriendo su rostro. Salvaje, desbordado, brillante e intoxicado de todos los modos posibles, a menudo grotesco, balbuceante de incoherencias la cual a la vez acentuaba con graznidos ofensivos, gritos y risas histéricas. Dotado con un cerebro descomunal, y devastador, que lo hacía confundir el terror y la belleza como si fuese el diablo mismo. Hunter Thompson fue una bestia salvaje, un escritor furioso, el chico malo del 'Nuevo Periodismo', un tipo duro y un enorme yonqui, un héroe contracultural y una genialidad chiflada incontrolable.

Sus artículos eran presentados cual bandera roja, en un estado de alarma para Norteamérica de la década del sesenta y setenta, la úlcera en la sociedad, una advertencia ruidosa. Buscando el sueño americano, que mientras más retorcido este se volvió, mas retorcidos se fueron haciendo sus relatos. “América, una nación de doscientos millones de vendedores de autos usados sin asco a matar a cualquier extranjero que los haga sentir incómodos.”

Hunter fue el padre, creador y soberano del periodismo “Gonzo”, estilo que convierte al periodista en un actor más de la noticia, y que empezó cuando le encargaron un artículo para una pequeña revista deportiva llamada Scanlan’s Monthly. Thompson, desesperado ante la fecha límite de entrega, decidió arrancar las páginas de su cuaderno de apuntes y mandarlas a su editor sin corrección alguna. Eso sí, lo tituló: “El Derby de Kentucky es Decadente y Depravado”. Fue el periodista Bill Cardoso quien se refirió a ese mismo artículo como una iluminación: “Ahora sí –dijo– esto es ‘Gonzo’ puro. Si este es el principio, que siga llegando”. Thompson se apropió del término al instante: “Ok, eso es lo que hago. Gonzo.” Palabra que viene del italiano gonzagas: absurdo-, forma totalmente subjetiva de escribir una historia. O que también tiene una connotación irlandesa que se refiere al último hombre que sigue en pie luego de una maratón alcohólica.

Thompson comenzó su carrera en pequeñas publicaciones. Fue despedido por destruir el auto de su editor e insultar a un auspiciador, después de pasar por el ejército, una revista sobre bowling en Puerto Rico y una adolescencia llena de arrestos y mala conducta. Y eso fue claramente lo que distinguió a Hunter de los periodistas que cubrían historias desde el campo de batalla, eso fue lo que terminó convirtiéndolo en un héroe viviente: debatirse siempre entre ser periodista y personaje.

La Bestia locura

La Bestia Disidente (The Maverick Beast), como luego se le conocería a Thompson, pues era un adicto insaciable y feroz. Su lista de dependencias es tan vasta que una rápida enumeración es inútil pero necesaria. Fue adicto a la velocidad, al alcohol, al robo, la falsificación, los deportes y los viajes, la violencia, la música y las explosiones, las armas, armamento en general, equipos de sonido, pavos reales y fechas límite de entrega. Sin embargo, es su análisis político y económico, el elemento más explosivo y cándido de su obra, y por el cual será celebrado durante muchos siglos más, si es que los hay. Fue la política lo que definió su escritura, y como no podría ser de otra forma, también su desafiante aunque sangriento final. Pero Thompson no solo escribía sobre política. Se convirtió en ella. Vendió cuerpo y alma, y siguió una dieta impresionante de drogas para ayudarse en el camino. Como el diablo mismo que convence al mundo de que no existe, para así hacer llover a cántaros la maldad, pareciera que el Dr. Gonzo siguió la dirección que soplaba el vil viento de los tiempos modernos y asumió feliz el papel de tonto, o de un loco zafado y drogadicto que escribía sobre los años sesenta.

Su filosofía de vida –y como pocos, también la de su obra– era crear situaciones interesantes y meterse en medio de ellas, distorsionando en su totalidad la línea entre la vida y la obra. Entendía y satirizaba la política tan bien que casi fue elegido sheriff de su condado. Jamás quiso perder, pero con el tiempo aprendió a perder con la elegancia de un pirata o un roquero. Richard Nixon se convirtió en su Némesis, voló junto a él en su avión, vivió la campaña electoral, hizo apuestas, cubrió las convenciones, bebió excesivamente y produjo los mejores escritos políticos desde que el romano Tácito nos enseñara lo que realmente significaba ser un ser humano.

Thompson podía escribir de lo que fuese, y a menudo lo hacía lleno de visiones siniestras y citas del Apocalipsis. Supo como ignorar la moralidad demente y los juicios irrelevantes de la humanidad, con sus propias leyes y creencias, a su propia manera. Y fue un gran tipo porque fue él mismo. Hunter no nos enseña nada, excepto como vivir. El vio lo trágico y cómico de la vida y se deleitó en ello.

Miedo y asco

Sus mejores trabajos combinaron el riesgo físico y la extravagancia. Se jugó el pellejo con Los Ángeles del Infierno y, en un reportaje titulado 'Miedo y asco en la campaña presidencial de 1972', trazó un retrato letal de Nixon: «Alguien que puede estrecharte la mano y apuñalarte en la espalda simultáneamente». En 'Miedo y asco en Las Vegas' consiguió algunos de los mejores párrafos que se han escrito nunca sobre los años 60 en América.

El éxito le convirtió en uno de esos escritores de los que el público, antes que una buena página, demanda un buen escándalo. Hizo lo que se esperaba de él y, mediados los ochenta, ya no le quedaba una sola neurona en condiciones. Sobrevivió explotando con gracia su prosa alucinógena y su mala reputación.

En 1989 Terry Gillian llevó al cine 'Miedo y asco en Las Vegas', con Johnny Depp como protagonista. Hunter Thompson volvió entonces a estar de moda y aprovechó para correrse algunas juergas de propina. Publicó su última columna en febrero de 2005. En ella le explicaba al actor Bill Murray las excelencias de un deporte de su invención, el 'golf-escopeta', en el que los jugadores pueden disparar a las bolas de sus rivales.

El día 20 de ese mismo mes se pegó un tiro en la cabeza. La noticia no sorprendió a nadie, tenía 67 años y dejó una nota titulada 'La liga de fútbol ha terminado'. El funeral fue costeado por Johnny Depp y se llevó a cabo según los deseos de Thompson. Sus cenizas fueron lanzadas desde una torre envueltas por una ráfaga de fuegos artificiales. De fondo sonaba 'Mr. Tambourine Man' de Bob Dylan, su canción favorita.

Bonustrack:

Aca les dejo un link, en donde podran leer la cartas entes de su suicidio: http://www.katarsis-net.com.ar/archivos/gonzo-suicide.php .Ademas de un increible documental narrado en su totalidad por Johnny Depp, espero que les guste. El nombre del documental es  Gonzo: The Life and Work of Dr. Hunter S. Thompson. Disfruten; es puro gonzo. 

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