miércoles, 29 de septiembre de 2010

¿Quién coño es Kafka?

en el laberinto Kafkiano

Kafka es el tío que me acompaña algunas mañanas cuando busco  trabajo, el que me susurra en las barrras de los bares, lo gris que es el mundo y lo poco que podemos hacer para desgrisarlo, el que me enseña que el peso del mundo no es amor; sino asombro. Asombro siento a diario: asombro y perplejidad. Igual convienen esas formas de la peripecia de lo humano para ir sobrellevando el viaje. Kafaka, es el desconocido, clandestino: lo ilegal. Es la paranoia musicalizada por Syd Barrett. El agobio, cansancio y desolación. 

Hoy estoy agotado. Kafka me está agobiando más de la cuenta.


martes, 21 de septiembre de 2010

Blow into this: La pérdida de la elegancia al inhalar

Entró suavemente, pidiendo permiso a las rutinas asegurándoles que no las iba a molestar, prometiendo intensidad pero sin quebrar los delicados hilos que unen las tareas, sentimientos y vínculos.

Así empezaron, tomando un gramito cada dos o tres días, o el de fin de semana y después fueron un par de saques, unos tiritos libres o quizás alguna esnifada por cada comida (como lavándose los dientes).

Los baños promiscuos del cuerpo, donde antes se franeleaba o se sobaba ahora son promiscuos; sólo de nariz y las fiesta suceden alrededor de la mesa donde el puntero lo está picando.

Las “flaquitas” ya no te miran a los ojos para embrujarte el alma, sino que observan ansiosamente tus manos que salen del bolsillo.  No te guiñan el ojo, te hacen una seña con la nariz. sniff

El empezó tomando para trabajar más o mejor, para ser más eficaz o más creativo y  hoy sólo trabaja para tomar. En el recital, casi  ni escucha a la banda, ni le mira el culo a las nenas, busca un diler que no se la corte demasiado.

No se llama al amigo para ver cómo está, sino para ver si sabe de algo. Se pone a hablar como un epiléptico, como un tarado. Se chorrea en tu  anécdota y te llena las orejas de esa basura sin música. Y al otro día u otra vez, lo mismo. sniff

Rígido, se queda cuando debe irse, y no mantiene su olor a tigre, a dolares recien salidos del cajero. 
No hay música, ni fiesta, ni sexo, ni amor, hay esa horrible sensación en la garganta, en la nariz en el cerebro. (Maldición, qué hermoso día). Algún plan debe haber, alguna siniestra combinación entre traficantes, movimientos de las estrellas, policías e intenciones que avanzan desde el futuro para que esa deliciosa peste se haya apoderado de tu nariz. Ni por moral, ni por miedo, ni por salud. Por pura elegancia, dejaremos de jugar nuestras pichanguitas mañaneras y de sacar tiros libres por las noches. Ya sabes, no llames para invitarme. ¿O  quizás si?

Bonustrack:
Fuente de inhalación; pelicula Blow musicalizado  por la banda Rolling Stones "Can't You Hear Me Knocking."  Disfruten:

Luis Saray: Lector de los nuevos sueños

« Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha, al mismo tiempo, fue el no aceptar las cosas como me eran dadas. (…) parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas.» - Julio Cortázar

Stop: No existen hombres sin sueños, ni imaginación sin dueño. La riqueza del imaginario humano se funda en la capacidad ilimitada de crear mundos nuevos y paralelos a una realidad existente, estructurada y reducida. Play: En este escenario, muchas veces se simulan certezas y verdades que tomamos por ciertas, sin cuestionar ni poner en duda la legitimidad del espacio en el que nos situamos y cómo se nos presenta. Rec: Sin embargo, Luis Saray, artista visual colombiano, nos induce a una quimera de posibilidades que ilustran lo que sucede en el mundo a través de sus ojos.

Ganador de la beca de AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo), llega a Lima a presentar un pedacito de su trayectoria en “Arqueología de la basura”. La iniciativa visual y conceptual del artista, permitió su selección en el Programa de Becas 2010-Residencia, coordinada por la Asociación Peruano Española ComuninA. Organización que se muestra sensible hacia proyectos socioculturales de manera interactiva destacando en el ámbito artístico a partir de la comunicación emergente. Gracias a ella y en colaboración con otros colaborados aliados del arte, como “Bruno Galler”, Luis Saray realiza su experiencia social y artística.

Revela dos mundos antagónicos: el cotidiano y real, y el otro inexplicable e inasible. Plasma, entonces, un juicio propio y original que rompe con el entendimiento usual, para crear, precisamente, una impresión profunda en un mundo “nuevo”, donde el espectador está comprendido como habitante de esta realidad. Esta circunspección que aplica para la realización de su obra aborda un trabajo de investigación que se inicia con el estudio de algunas obras prehispánicas y otras de arte contemporáneo colombiano, mexicano y finalmente peruano. Luis Saray, busca rescatar ideologías que parecen olvidadas y mediante la reinterpretación, recrear piezas bajo los valores actuales. Se trata de reconstruir, reinventar y transformar los vestigios del pasado para entender nuestro presente e identificarnos con él.

Los Monsters de Saray

“ConsuMonsters”, proyecto que se inicia hace algunos años en Colombia, es la creación de un bestiario fantástico que parte de una una reflexión respecto al presente en el que vivimos y el respeto que demostramos a nuestro entorno cercano. Recoge objetos y hechos cotidianos (nuestra basura) que responden al inconsciente colectivo de las personas, subordinado al “compromiso” de los medios comunicativos y tecnológicos, como son la radio o la televisión. Critica cómo éstos, en vez de “formar sociedades”, por el contrario, la manejan y fabrican intereses. Y observa cómo sus necesidades sufren variaciones de acuerdo a la emergencia de lo latente: “el consumo popular”. Juega con la instalación, la tecnología mediática, los videomonsters.

No teme explotar los límites de su propuesta. El Pop Art se ve transgredido y superado, pues a partir del reciclaje, emplea la basura como material primordial de su composición y “el medio de consumo” es su principal recurrente. Por ello, los productos de consumo masivo y su idea del “arte de la reutilización” serán su fundamento. Por medio de la instalación en la que confluyen tanto naturaleza como fantasía, reta al universo en el que existimos: un orden cerrado, para convenir al público a sumergirse en la dimensión de la pesadilla o de la revelación de un modo natural y lúdico, que no se materializa, sino hasta la ilustración de sus pequeñas bestias de ensueño, a quienes les atribuye humanidad. Un mundo en el cual sus principales personajes son "bestias" en los diversos sentidos que puede tomar la palabra. Es decir, las actitudes básicamente humanas van dejando lugar a actitudes bestiales y monstruosas que emergen en el actuar de los personajes y los identifica con los seres antropomorfos de nuestra historia.

Reinventa lo que ya está inventado, pues la originalidad se ha visto perdida con los eclecticismos del hombre. Se pregunta ¿qué es arte realmente? Y ¿cómo es que el individuo le atribuye más o menos valor según los paradigmas a los que uno trata de imitar? Responde aquellos cuestionamientos a través de su imaginario fantástico, que trata de desestructurar lo que uno toma por verdad, con su capacidad de asombro. Esboza la invasión de algo extraño, misterioso, indeterminado, pero a la vez, esperado y aceptado por los protagonistas, nosotros. Un “de repente” que anticipa la proximidad de un suceso que suspenderá la cotidianeidad que se describió antes.

Este bestiario fantástico, a modo de fábula o cuentito moralista, se contrapone a otras figuras con atributos humanos, como son los animales que aparecen en gráficas de productos comerciales, “como el gallito de Kelloggs”. Estos, no tienen moraleja, sino un mensaje subliminal de consumo y el “hombre masa es un idiota conducido”. Aquello que busca plasmar explícitamente no es un discurso, sino la ilustración de su juicio. Sin embargo, enfrentamos ese llamado de atención a través de una lectura ingenua e ilusoria, que llega a nuestro inconsciente como sorpresa, y es que “del juego siempre hemos aprendido”.

Luis Saray, logra superponer estos dos mundos por su complexión diversa, pero que se entrecruzan en la vida y en el interior de los personajes mismos. No se trata de un una tendencia a interpretar realidades donde bien y mal luchan en polos opuestos, sino crear un espacio que despierte la sensibilidad del individuo, donde ninguna realidad es una certeza. Y logra introducirnos a un espacio fantástico de territorios sin fronteras, su imaginación.

Bonustrack:
Disfruten del video realizado por el gran Luis Saray. Fusilamiento
Y si desean ver mas sobre sustrabjos den le click a:
http://www.flickr.com/photos/41967460@N04/
http://luissaray.blogspot.com/



jueves, 16 de septiembre de 2010

La paranoia del Quijote y Dalí al diván

“Un paranoico caminando por las calles es mejor modelo que un neurótico recostado sobre un diván”
Deleuze

Stop: Alonso Quijano, alias Don Quijote de la Mancha, secuestró mi delirante imaginación; mi locura. Play: Decidí colocar al Quijote en algún  diván, preguntándome y preguntándole una y otra vez: ¿qué hubiera pasado si don Alonso Quijano hubiera acudido a la consulta de un psicoanalista? Ante esta situación de sueño e irrealidad, se presentó a la misma cita alguien más. Alguien quien me robo, al igual que el Quijote, mi imaginación y mi locura.- ¡Dalí!- Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech, hurtó mediante su cuadros y trabajos; mis sueños, pesadillas, locuras y surrealismo. Ambos personajes se desbordan en una paranoia común, un sueño delirante que aun siguen soñando ambos.
Rec: Sueño delirante
El salón era inmenso pero sumamente minimalista; en el solo se observaba un una mesa de madera, encima de esta un teléfono langosta, un reloj de arena y un pequeño molino de viento;  y dos divanes a lo largo del salón. El Quijote llegó temprano, llevaba puesto su “terrible” armadura. Parecía ser de acero falso -esos aceros que intentan ser acero, pero son de plástico-. Alonso Quijano se veía sumamente nervioso, miraba de reojo por toda la habitación, se asustó al observar el reloj de arena y quizás le asustó más la idea de una “mini- molino” de viento. Salvador por su parte llego un poco tarde. Al entrar a la habitación se acomodó el largo bigote e inmediatamente se acerco al teléfono langosta.- ¿Hola? … shhhhh-. Ambos personajes se recostaron en sus respectivos divanes. Nadie hablo, enciendo un cigarrillo y el sueño paranoico empezó.
Ya se sabe que es la paranoia. Consiste en un delirio de interpretación  del mundo y de su yo, a los que da una importancia exagerada. Pero lo que diferencia este desequilibrio mental, que ambos personajes comparten en el diván, es que  presenta una sistematización perfecta y lúcida que lleva a un proceso de súper valorización individual, conducente a menudo a la  megalómana y al delirio de persecuciones.
En ambos casos Dalí y el Quijote interpretan todo lo que observan – los comentarios de los amigos, los sueños, los molinos, el estornudo de alguien, el tiempo, las noticias del periódico...etc.- en relación a ellos mismo y a sus dramas. La paranoia tal como decía Lacan “es un delirio de interpretación”.
Dalí pintó miles de cuadros, esculpió, escribió manifiestos y hasta produjo guiones llenos de argumentos lógicos y convincentes para explicar las interpretaciones que lo habían llevado  a la conclusión que sufría de paranoia- critica:
 “la paranoia se sirve del mundo exterior para valorar la idea obsesiva, con la turbadora particularidad de volver admisible para los demás la realidad de esta idea. La realidad del mundo sirve como ilustración y prueba y está al servicio de la realidad de nuestro espíritu.
La paranoia que se presenta en el Quijote es algo similar: el orden del mundo o la realidad que se vive en el mundo está en peligro. Y mediante la fe y la justicia utópica se llevara a la solución de la realidad. El quijote se viste de caballero andante, Dalí suelta sus vigotes, se arregla las pestañas y nos brinda cuadros llenos de sueños y utopías.
Alonso Quijano presenta un cuadro clásico de delirio de interpretación. Todo lo que sus ojos miran, su mente lo filtra a través de los libros de caballería. Al observar una ventana,  una seria de complejísimas asociaciones lo lleva a la conclusión de que se trata de un castillo. Una humilde campesina se transforma en una hermosa doncella. El silbato de castrador de cerdos le parece música palaciega y las rameras desdentadas pasan a ser hermosas doncellas.
Al Quijote todos lo toman por loco y el lo sabe, pero, como le confiesa Sancho, hay una simple explicación: sus enemigos, a través de hechizos y brujerías, confunden la realidad: hacen que los gigantes se transformen en molinos de viento; los ejercitos, en nubes de polvo y los yelmos en bacías.
Dalí al igual que al Quijote posee una salud normal, no sufre ningún trastorno orgánico y sin embargo vive  y se mueve en un mundo extraño, un mundo lleno de sueños. Lejos de someterse a la lógica de del vivir, como la mayoría de la gente “normal”, la domina, la hace a su deseo. Dalí sistematiza lo que al Quijote le ocurre al delirar cuando los gigantes se transforman en molinos de viento. A esta estructura le coloca el nombre de: paranoia crítica,  que va en busca de sistematizar la confusión y contribuir al descrédito total del mundo de la realidad. Es decir: método espontaneo de conocimiento irracional basado en la objetivación crítica y sistemática de las asociaciones e interpretaciones delirantes.
El delirio del Quijote lo lleva a acciones más subversivas que a las manifestaciones de Dalí; teniendo en claro, que desde muy joven se autodenomino como un "anarco-monárquico", dando pie a numerosas especulaciones sobre esta orientación política (indudablemente minoritaria). Con el inicio de la Guerra civil española, Dalí rehuyó el enfrentamiento y rechazó manifestar su adhesión a ninguno de los bandos. Del mismo modo, tras la Segunda Guerra Mundial, Dalí fue criticado por George Orwell, quien le acusó de "escabullirse como una rata en cuanto Francia estuvo en peligro", después de haber vivido y prosperado allí durante años. Quijano, de lo contrario, lucha sin parar y dirige su agresión contra los representantes del Estado y la Iglesia. Resultado: un mundo con menos inquisidores, menos policías, menos frailes y menos aguafiestas.

Así mismo, si el paranoico se enamora de alguien, según Freud, solo puede percibir este sentimiento como algo que viene del exterior. No piensa “Yo la quiero” sino “ella me quiere”. La misma fórmula ante el sentimiento del odio, lo que genera incontables enemigos para el caso de Dalí. Quijano no odia; ama. Siente una gran atracción por Aldonza Lorenzo y ese “yo la quiero” se transforma en “ella me quiere.” Salvador Dalí vio en la paranoia la clave de la creatividad. Todos los artistas, todos los genios, todos los grandes hombres tienen algo de paranoicos. El paranoico se distingue de los demás por la gran libertad de su imaginación. Dalí se veía a sí mismo como un gran paranoico y sus escritos y cuadros son una celebración a esta patología.

La imaginación del Quijote es como la de Dalí. También el es un gran paranoico: hace lo que los demás apenas sueñan con hacer, se burla de las convenciones sociales e inventa sus propias reglas.

Bonus track:

Las imágenes sueltas a lo largo del articulo, uno las puede apreciar mejor en el libro El Quijote ilustrado por el gran Dalí. Así mismo les dejo un link: http://www.google.es/search?um=1&hl=es&rlz=1T4GGLL_enPE395PE395&q=el+quijote+dali&biw=1003&bih=539&ie=UTF-8&sa=N&tab=iw. Lastima que el texto este en italiano (pero es algo fácil de leer) ahí se habla más sobre la influencia del Quijote en Dalí. Por ultimo dejarlos con una parte de la pelicula del gran Hitchcock, Spellbound,  en la cual hace referencia a la paranoia de un cliente con su psiquíatra. Aludiendo los diálogos entre el pintor Dalí y el psicoanalista Freud. Disfrútenlo

viernes, 10 de septiembre de 2010

Unita por John Peel, el mejor dj del mundo

Stop: ¿Quien diablos es John Peel? Play: John Peel, fue un disc jockey, radiodifusor y periodista inglés. A John Peel lo escucharon todos. Desde Tony Blair hasta tu, quizás. El descubrió a músicos de la talla de los Beatles hasta a los White Stripes. Además de musicos como: David Bowie, Joy Division, The Smiths, Pulp, Oasis, The Cure y Blur. Pinchó discos en la radio de la BBC y fue el primero en colocar a los Sex Pistols en dicha radio. Rec: Este articulo esta dedicado a todos los melómanos y DJ’s locales. A ver si recuperan la pasión por lo que hacen. O la descubren.

Suelta el disco, John Peel

En el mundo existen hombres raros, hombres completamente desconcertados por saber que el tiempo de esta vida no es suficientemente largo como para ejercer todo lo que quisieran. John Peel fue uno de ellos. Un hombre que vivió atormentado por imaginar bandas y canciones geniales y temer lo peor: No poder escucharlas nunca.

Durante su carrera radial, que se extendió por cuarenta años en la BBC Radio 1, Peel apoyó, respaldó, adoró, ayudó, y tocó las mejores canciones de un número gigante y diverso de artistas. Empezó en la década del sesenta, luego de ser abusado violentamente y sexualmente por sus compañeros de la exclusiva escuela británica a la que asistía. Lo juzgaban de flojo, mediocre en más o menos todo lo que hacia y por eso partió a los Estados Unidos para trabajar con un amigo de su padre. Eran mediados de los sesenta, la beatlemania estaba a todo furor. El empezó a trabajar en radios locales de Estados Unidos sin buscar dinero ni fama. Solo para soltar al aire sus héroes que siempre quiso que la gente oyera.

Conocido por su gusto musical ecléctico y su estilo honesto y cálido de conducción radial, John Peel consigue entrevistar a los Beatles (y dar la primicia radial) pues el al igual que los Fab Four habían nacido en Liverpool. Este fue su gran salto a la fama. De ahí paso a ser el primero en hacer que Hendrix grabara sesiones para la BBC, y fue famoso por hacer lo mismo con el gran camaleón: David Bowie. Este fue un indicio, el siempre estuvo ahí, desde el comienzo. El hizo lo posible para no decepcionar a ningún oyente. Si algo le gustaba o algo descubría, hacia todo lo humanamente posible para ponerlo en la radio una y otra vez.

En su primera etapa, Peel grabo sesiones con The Beatles, Hendrix, Pink Floyd, T- Rex y más. Luego vino una ligera calma. Y de repente el corazón de Peel empezó a pinchar su verdadero amor: el punk. Nadie lo ponía en la radios inglesas, excepto el. John tocaba punk, consumía punk, hablaba del punk, alababa sus virtudes e iba a conciertos de punk. Un cuarentón con chompa parado al fondo con un chopp de cerveza en mano.

Era 1976 y Peel fue el primero en tocar “Anarchy in the UK” (Aun cuando había sido prohibida por la emisora un mes antes) y “God sabe the queen”. Es por ello que siempre tuvo una relación conflictiva con los altos mandatarios de la BBC. No se llevaba bien con sus jefes y siempre defendía su territorio en cuanto a la música. Los hombres de saco y corbata querían botarlo, pero su popularidad era ya tan grande que era imposible –y empresarialmente estúpido- deshacerse de el.

El lo sabia y quizás por eso confeso alguna vez que su vida le parecía perfecta. Una esposa a la que amaba, unos hijos a los que idolatraba y un trabajo que era lo que siempre soñó. Estaba orgulloso del alto número de radioyentes jóvenes que tenia.

Fúmate uno Peel

Años mas tarde después de la psicodélica sesentera y el primer amor de Peel por el punk. John trajo a su estudio a un muchacho desconocido fumaron unos porritos juntos y soltaron al aire un pequeño Jammin. El músico aun no llevaba dreads, la sesión resulto fenomenal y el artista fue nadie más que el gran Bob Marley. Peel se enamoro del misty and roots y a menudo soltaba canciones del gran Bob que inmutaron a la sociedad racista de Inglaterra para dicha época. Sin embargo resulto colosal para la emisora de la BBC.

Más tarde se sintió atraído por el new wave y la electrónica para finales del setenta. Fue gran amigo de Ian Curtis, vocalista de la banda Joy Division y jugo un rol fundamental ayudando a los Smiths. Los noventa llegaron y The White Stripes fueron descubrieron por el mismo Peel. Quien los critico como “el grupo mas importante de los últimos veinte años o mas”. Con ellos grabaron mucho antes incluso que el disco Elephant alcanzara la fama.

Alta fidelidad

Peel desnudaba al músico que ingresara a su estudio. Lo dejaba ser, se encendía un cigarrillo con el o ellos, las copas seguían y la música iba cada vez mas rápido. Muchos músicos consideraban una sesión con el como un punto de partida para el verdadero éxito. “Seria absolutamente imposible escribir una historia de los últimos 40 años de la escena Británica sin mencionar su nombre” Roger Watter, Pink Floyd.

Las famosas Peel Sessions, como se les conocía eran episodios íntimos, invadidos de jovialidad y vino tinto que luego terminaban en su propia casa. Syd Barret, primer cantante de la banda Pink Floyd, siguió la juerga de largo en casa de Peel ingiriendo con el Lsd y es ahí donde por primera vez se sueltan las canciones del disco The Piper at the gates of Dawn. En otra ocasión la banda Joy Division fueron a grabar en la casa de Peel y por falta de espacio se colocó al baterista en el baño.

Un corazón que se detiene en Machu Picchu

John Peel amaba solo las canciones que hacían que los dientes repiquetearan en la cabeza. Fue incapaz de ser deshonesto, en las buenas y las malas. La gente no lo adoraba, lo idolatraba. John murió en el Cuzco de un ataque al corazón el 25 de octubre del 2004. Había ido a Machu Picchu realizando su último sueño, tener una vida tranquila con su esposa, hijos y su música. Dejo una autobiografía sin terminar la cual fue culminada por familiares y artistas cercanos a el. En su equipaje de Perú encontraron una nota que decía:

la mayor diferencia entre su situación política y la nuestra es que nosotros somos mejores, o mas caletas quizás, en la corrupción y el nepotismo. No existe un tal Peter Mandelson (astuto jefe de prensa de Tony Blair) en la política peruana".

Peel pinchó discos para mostrarnos la rebeldía del adolescente, la idiotez, la soledad y el amor. Combatió los sueños y pesadillas del adolescente canción tras canción. Sueños tan duros de combatir cada vez que un camina por la calle.

De vuelta: Solo por el Rock

Coloquen play antes de leer...

I don't need to fight. To prove I'm right

Solo el rock te hace pagar por adelanto las horas del cuarto de ensayo para no correr el riesgo de gastarte la plata en otra cosa. Solo el rock te hace pensar que ir a un bar significa gastar plata en taxi o en micro y en cerveza y que esos mismos billetes podrían ser más horas en el cuarto de ensayo. Solo el rock te hace quedarte en casa sin un solo sol en el bolsillo, viendo a los Rolling Stones, Charly Garcia, Hendrix o quizas The Doors y volviendo a ver la Antología de los Beatles, feliz y completo de esa manera. Solo el rock te hace contar las monedas cuando vas al súper mercado y terminas comprando atún, salchichas y pan. Solo el rock te hace comprar una nueva guitarra (y claro una Gibson Les Paul) mientras tus contemporáneos compran televisores plasma, autos y terrenos frente al mar en la playa. Solo el rock te hace desayunar un vaso on the rock’s de Jack Daniel’s o un chilcanito y sentirte como un campeón. Solo el rock te hace marcar números muy tarde en la noche hasta que alguien acepte ayudarte a llevar la batería al lugar de los hechos en su camioneta. Solo el rock te hace escribir mil veces la misma frase para luego tacharla mil veces más antes de volver a escribirla, por supuesto, otras mil veces. Solo el rock te hace viajar en primera y llegar a un hotel de lujo y comer como romano y beber a granel para devolverte peor de lo que fuiste y al otro día no tener en qué caerte muerto. Solo el rock te hace comprar más de lo que puedes meter. Solo el rock te hace volver a la casa de tus viejos por unos días para dormir sobre sábanas limpias y alimentarte como un ser humano decente hasta que aparezca otra tocada en el mapa. Solo el rock te hace posar para la cámara de un celular en una tienda de películas piratas donde alguien te reconoce y te pide un autógrafo. Solo el rock te hace a ir a diez programas de radio en el mismo día para promocionar un concierto al que asisten diez personas. Solo el rock pone tu foto en las páginas de una revista que tu viejita conserva en un cofre como un gran tesoro. Solo el rock te pone frente a una cámara documental que quiere saber la historia de tu vida. Solo el rock te pone en el top-ten-hombres-de-mis-sueños de una blogger junto a Johnny Depp , James Dean, Marlon Brando y Jack Nicholson. Solo el rock te hace cruzar las cercas de los parques cerrados para cortar camino y no tener que cargar los instrumentos más de la cuenta. Solo el rock te hace perder la cuenta del tiempo y la cuenta de ahorros sin darte cuenta. Solo el rock hace que una banda de treintañeros tenga que compartir la misma cama y la misma lata de frijoles. Solo el rock te hace conseguir trabajos temporales para cubrir los gastos de un nuevo disco y después ya veremos qué pasa y cómo pasa si es que acaso llegara a pasar. Solo el rock te hace rechazar ofertas de trabajo a tiempo completo para no robarle tiempo al rock. Solo el rock te hace tocar otra y otra y otra cuando apenas tienes el aliento suficiente para respirar. Solo el rock te hace detenerte en los errores hasta convertirlos en aciertos. Solo el rock te hace cantarle a moco tendido las cosas que jamás podrás decirle. Solo el rock te mantiene despierto una vez que todo lo demás se ha escurrido de tu organismo y han pasado los temblores y en el cuerpo queda estacionado ese olor tóxico y medio verde del más allá. Solo el rock te borra la memoria. Solo el rock te dice la verdad cuando te dice que el final está cerca y créanlo que está cerca. Solo el rock te hace pecar y mentir. Solo el rock te hace creer. Solo el rock te hace. Y así nomás es, stop, play and rec: Rock