lunes, 8 de marzo de 2010

El viejo marginal, nos invita a almorzar - a comer por favor- El Almuerzo al Desnudo

Marginal, delirante, magullado por la sociedad, réprobo, salvaje, morboso, drogadicto, condenado e inescrupuloso son algunos sinónimos de ante mano al referirnos del salvaje escritor William Burroughs. Proveniente del asqueado corazón de Estados Unidos y a su manera, encarnaba las contradicciones del sueño norteamericano. Antes de ser un rebelde del sistema de los años soñolientos de los cincuenta (american way of life), fue un engendro, un ladrón, vagabundo capaz de mostrar su lado mas oscuro y brutal.

Cuando empezó a publicar su novela El Almuerzo al Desnudo (1959) la gente dio sus opiniones –“asquerosa, pornográfica, basura norteamericana, degenerada, no a su publicación.”- Pero es ahora, que se lee y se coloca como una novela tan perturbadora como compleja, “sucesor lineal de James Joyce”, (J.G.Ballard) por ello quizás muy pocos lectores se hallaban en condiciones de asimilarlo debidamente. Actualmente, repito cincuenta años después, nadie duda que es un pinchazo al cerebro y adictiva para todo ser humano. Una obra seminal, un instante helado en los que todos ven lo que hay en la punta de sus tenedores. Deleitándonos de bocado en bocado con un lenguaje tan delicioso como asqueroso y brutal, simplemente un disparo a la sien.

El Almuerzo Beat

Burroughs oyó la palabra beat por primera vez el mismo año en el que se publicaba La Rabia de Vivir, le pareció una palabra muy atractiva, pero en su caso mas que un ritmo o golpe musical (refiriéndose a los beats como los fanáticos del jazz beat boop) fue por el trasfondo criminal, “inadaptado”, “tocar fondo” y “magullado” o golpeado ante diversas condiciones colocadas por un sistema. Su trabajo refleja la improvisación tal como el jazz; técnicas pictóricas- como el collage- y juegos surrealistas lleno de erotismo y delirio. En el Almuerzo al Desnudo recurrió al cut up, una modalidad que cultivaba su amigo, el pintor Gysin, con quien compartió alojamiento en el llamado Beat Hotel, en Paris. Pero ¿en que diablos consiste el cut-up? Es una técnica aleatoria basada en el arte de recortar y pegar característicos del collage. Fragmentando los textos; cortando las hojas transversalmente, en rectángulos y unir las piezas de una manera arbitraria para generar nuevos textos. El viejo marginal perfecciono el método al grabar sus textos y regrabar encima de algunas partes de la cinta, lo que originaba textos polimorfos, curiosas yuxtaposiciones que alteraban el sentido inicial y expandían las percepciones del lector !Que pastel!- generando otros significados posibles, ocultos e imprevistos para el propio autor. Recordándonos a los “cadáveres exquisitos” de los surrealistas. Esta técnica causó que los lectores de Burroghs sean totalmente excluidos por tanta controversia. Pues ante todo, el Almuerzo al Desnudo era una novela atípica, que trastornaba la linealidad y demandaba un mayor esfuerzo. Su argumento no resulta fácil de explicar pues todo suceso se lleva a cabo en un mundo alucinatorio; apelando a las experiencias limites del autor.

Su locura

Fue un toxicómano contumaz que se empeño en hundirse en las noches rojas del alcohol, cocaína y heroína; además de opiáceos, anfetas y estupefacientes, con una actitud compulsiva que incurría en el envilecimiento. Homosexual a todo dar. Se enamoró de un hombre y se amputo la falange del dedo meñique para tan solo llamar su atención. Clandestino ilegal, que se vendió por heroína, cruzando la frontera para tan solo conseguir unos cuantos falos para saborear. Siniestro esposo que mato a Joan, su mujer, de un disparo a la sien en una fiesta salvaje, al pretender emular a Guillermo Tell.

Visitó el Perú y claro que probó Ayahuasca. El resultado de esta experiencia fue una correspondencia diaria que tendría con el escritor Ginsberg en “Cartas del Yague”. Se alojo en la calle José Leal 930, en Lince. Viajo a Tingo Maria y Pucallpa. De regreso en Lima, a la que califica como “fría, húmeda y deprimente”, se dedico a beber en cantinas de mala muerte- hubiera gustado de Luz Verde- merodeo por el Mercado Mayorista, se dio vueltas por el centro de Lima y dicen que le dio unos toquecitos de pasta básica.

Colaboró en algunos poemas y música para Jim Morrison, vocalista de la banda The Doors. Además de apoyar al dipsómano Tom Wattis y al suicida Kurt Cobain. Paso por el cine y nos dejo una pieza maestra dirigida por David Cronenberg logrando algo que parecía imposible: una notable recreación visual de la novela Almuerzo Desnudo.

Padre de la contracultura, la retrospectiva de Burroghs es innegable pues fue capaz de de vislumbrar territorios inaccesibles para los demás, como también es cierto que las visiones generadas por el efecto de las drogas pusieron en peligro su equilibrio mental y lo sumieron en el horror. Y aunque se sometió en manicomios, salones psiquiátricos, miles de psicólogos y a diversos tratamientos de desintoxicación; la heroína y su delirio siempre estuvieron al acecho, como los buitres que planean sobre un moribundo. Mas allá de las drogas, el escritor advirtió que había algo en su ser que no era el y que no podía controlar; una entidad que lo poseía y lo arrojaba a un abismo de muerte y desesperación. De ahí su apariencia sombría y espectral, como si se encontrara a un caballo entre dos mundos, sin poder estar del todo en ninguno. Un hombre invisible, un bicho marginal, angustiado por el sistema. Sin salida.

“He estado fuera. Vengo de la humillación y el fracaso total, he subido escalando una celda tras otra, enfrentándome a un millón de contratiempos y descalabros. No me imagino volviendo atrás.”
William Burroughs, 1959
 Bonustrack:



Favor de no rebovinar. Solo es un pinchazo ante esta sociedad

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